HUEVOS ESPAÑOLES. La Etiqueta más completa
El huevo es uno de los productos alimentarios frescos sobre los que existe la normativa más completa en el etiquetado para informar al consumidor sobre la calidad, origen y la comercialización de lo que está adquiriendo, de acuerdo con la política de trazabilidad reglamentada por la Unión Europea. A diferencia de otros productos como el aceite o la miel, donde es posible su comercialización indicando solo que se trata de un producto comunitario, en el caso de los huevos las normas sobre etiquetado obligan a señalar el país de producción.
En los huevos envasados, la etiqueta debe ofrecer datos sobre la fecha, el día y el mes de su consumo preferente. No es obligatorio poner la fecha de puesta. Se debe indicar asimismo su clase, según peso: XL, los más grandes con 73 o más gramos; L, grandes de entre 63 y 73 gramos; M, medianos de entre 53 y 63 gramos y S o pequeños de menos de 53 gramos. La empresa que los haya embalado o comercializado debe indicar el código del centro de embalaje, la forma de cría de las gallinas (ecológicas, de campo, de suelo o de jaula) y la categoría de su frescura.
Estas mismas informaciones se deben cumplir en la venta de huevos a granel. Un huevo se considera fresco siempre que se haya mantenido en las debidas condiciones sin cambios bruscos de temperatura y en el frigorífico después de la compra, hasta los 28 días después de su puesta.
Junto a la información de la etiqueta del envase, cada huevo lleva impreso su propio código. Los huevos ecológicos inician su código con un cero. Los producidos por gallinas criadas en campo abierto, con un uno. Las criadas en gallinero, en el suelo, con un dos y las criadas en jaula con un tres. A partir de ese número, figura la sigla del país productor, ES en el caso de España, y seguidamente el código de la provincia, el municipio y la identificación de la granja.
Grupo Avícola RUJAMAR